¿Quién no ha recibido alguna descarga al tocar las manecillas de las puertas, los coches, partes metálicas de objetos? Y más todavía si llevamos zapatos con suelas sintéticas y la humedad ambiental es baja.
La formación de cargas estáticas en los polímeros es un fenómeno muy común y se presenta en nuestro día a día conviviendo con él.
La conductividad se describe como la capacidad de un material para conducir una corriente eléctrica.
Esta increíblemente rápida transferencia de cargas puede provocar incendios, explosiones, crear calor, luz e incluso sonidos. Además, puede interferir en el funcionamiento de ordenadores, sistemas de comunicación y otros equipos electrónicos tales como maquinaria de calibrado y pesajes.
Por esta causa surgen los pavimentos conductivos, desarrollados para su instalación en locales que precisen disipación de carga electroestática, como por ejemplo laboratorios electrónicos, quirófanos, almacenes de material inflamable…
Se confecciona usando ligantes epoxídicos cargados con partículas conductoras de la electricidad, las cuales se aplican sobre una malla de cintas de cobre autoadhesivas de 3×3 m de cuadrícula, conectadas a tomas de tierra. Su espesor aproximado es de 2mm.